viernes, 18 de enero de 2008

POSIBLES REACCIONES DE LOS HIJOS


Uno de los sentimientos más comunes de los niños ante la situación del divorcio de sus padres, es creer que es culpa suya, aunque parezca ilógico. “Los pequeños tienen la sensación de haber originado de algún modo aquella situación” (Beyer, Winchester, 2003: 30). Los padres no deben esperar a que los niños lo mencionen abiertamente, ya que en la mayoría de los casos es un pensamiento que los atormenta y no lo comentan explícitamente, por ello, es responsabilidad de los cónyuges dejar bien en claro que los pequeños no tienen culpa alguna por la decisión que han tomado y que es un asunto de falta de entendimiento entre dos personas adultas. Es de vital importancia que le quede claro al niño que así como él no es culpable, sus padres tampoco lo son. Fomentar la culpabilidad hacia uno de los padres, es un grave error que imposibilita que los cambios sean de fácil adaptación para los niños. Si acaso uno de los padres, debido a su comportamiento (relaciones extramaritales, machismo, alcoholismo) tiene cierta responsabilidad en la determinación del divorcio, será en años posteriores cuando el niño se entere y ya tenga capacidad para analizar la situación y comportamiento de sus padres.

También se debe evitar que los niños estén presentes cuando los padres están discutiendo, porque pueden contribuir a que el niño de nueva cuenta sienta que él es el motivo de las discusiones de sus padres. “Deberá transcurrir mucho tiempo antes de que la mayoría de los niños tengan la madurez emocional necesaria para comprender las innumerables razones del divorcio de sus padres” (Beyer, Winchester, 2003:32). De ahí la relevancia de que los niños no carguen con culpabilidades que corresponden a los actos de sus padres.

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