viernes, 18 de enero de 2008


  • Entre 5 y 8 años

Como comenta Elissa Benedek, en esta edad, los niños empiezan a sentar las bases de su personalidad, y con ello a establecer amigos en su formación preescolar y primaria. Estos niños, haciendo uso del lenguaje, son capaces de crear mundos imaginarios a través del juego, como en el juego de los súper héroes; su fantasía es una manera de escapar y a la vez encauzar sus sentimientos sin hacerse daño. Con respecto al divorcio, en esta edad, los niños, pasan por el duelo de la ausencia del padre que ha tenido que dejar la casa, desean una posible reconciliación y muestran lealtad a ambos padres.


Algunas consecuencias del divorcio reflejadas en sus actitudes son: bajo desempeño escolar, problemas para relacionarse con nuevos amigos, mal humor, aislamiento y soledad. También manifiestan que extrañan al padre que se ha ido he e incluso llegan a idealizarlo tanto, que termina por rechazar al padre con quien viven; se sienten defraudados por sus padres, muestran preocupación por el padre ausente, sienten falta de aprecio, se distraen con facilidad y tiene falta de concentración en la escuela, llanto difícil, niegan su tristeza y pueden llegar a ser agresivos.


Los padres deben explicar más detalladamente a sus hijos sobre el proceso del divorcio y las ventajas que van a obtener de la separación, utilizando un lenguaje que ellos entiendan de forma sencilla. También es importante que los padres acepten su manera de comportarse como algo natural tras el divorcio, debe mantener un diálogo constante para encausar esas actitudes por el camino correcto.

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