viernes, 18 de enero de 2008

BIBLIOGRAFÍA


  • Benedek, Elissa, Brown, Cómo ayudar a sus hijos a superar el divorcio. Barcelona: Ed. Medici, 1999
  • Beyer, Roberta, Winchester, Cómo explicar el ivorcoio a los niños. Un manual para adultos. Barcelona: Ed Oniro, 2003.
  • Davison, Dora, Separación y divorcio, un faro en el camino. Buenos Aires: Ed Universidad, 2006.
  • Gardner A. Richard, Las preguntas de los niños sobre el divorcio. México: Ed Trillas, 1995.
  • Long, Nicolas, Forehand Rex, Los hijos y el divorcio. 50 formas de ayudarles a superarlo. España: Ed Mc Graw Hill Interamericana, 2002
FRAGMENTO DE LA PELÍCULA "CICATRICES"

FICHA TÉCNICA
Dirigida por: Paco del Toro
Con: Rodrigo Abed, Nora Salinas, Leonor Bonilla, Joana Brito, Susana González

Género: Drama
Clasificación: (B-15) Duración: 1:45 (105 min) | Formato: Flat
País de Origen: México
Idioma: Español

Año: 2005





  • Entre nueve y doce años


En esta etapa de la niñez, “los niños hacen grandes procesos, tanto en el terreno físico como en el psíquico” (Benedek,1999:94), ya son capaces de entablar habilidades sociales y relaciones de amistad. Se podría decir que ya están más preparados para afrontar los cambios en la estructura familiar tras el divorcio. En esta etapa podemos observar que también se extraña al padre ausente en la casa, sobretodo si es del mismo sexo. Si no se le presta atención a los cambios de actitud en estas edades, es más probable que el niño pueda caer en una depresión y por ende, su autoestima se deteriore.

Al estar a un paso de la adolescencia los cambios en sus cuerpos comienzan a aparecer, por lo que la compañía y guía de sus padres es esencial para que cuando llegue a la adolescencia los cambios en su forma de pensar y conducta no sean tan drásticos. Entre las reacciones al divorcio se puede manifestar que siguen siendo leales a ambos padres, manifiestan su confusión y tristeza por medio del enojo y del reproche, llegan a tener conductas manipuladoras, y sienten traicionados los valores que les fueron inculcados.

En esta etapa el papel de los padres es muy importante porque como ya mencionábamos están a un paso de la etapa más complicada de la vida: la adolescencia. Los padres ante la confusión y enojo, deben fomentar el respeto hacia el otro padre y hacer menos dolorosa la situación normalizando lo antes posible sus actividades cotidianas. Asimismo, es necesario que escuchen a sus hijos y sean pacientes con los cambios que manifiestan, deben ser más cariñosos de lo normal y demostrar en todo momento su apoyo y su inmenso amor.

Sin lugar a dudas, el divorcio no es una decisión sencilla, puesto que afecta no sólo de manera emocional sino también económica y socialmente a cada unos de los involucrados en la disolución del vínculo marital. Comunicar a los hijos sobre la determinación de la separación y los términos en los que queden los padres, son factores que como ya vimos van a contrarrestar los daños y el duelo de los hijos y de los mismos ex cónyuges, ya que si el divorcio logra traer más armonía y una sana convivencia entre los padres y los hijos, entonces habrá cumplido su objetivo.

El matrimonio y la llegada de los hijos no es una decisión que deba tomarse sin ser concientes de la gran responsabilidad que conlleva. Mantener el respeto, la comunicación y un buen ambiente familiar al interior del hogar, parece una tarea sencilla, no obstante, depende de la disposición de cada uno de los integrantes y por supuesto del amor que pondere en el núcleo familiar.

Por décadas se ha satirizado contra el divorcio, sin detenerse a analizar que en la época actual, ya no es posible vivir en un ambiente insano y falto de amor, resulta completamente dañino y causa terribles estragos tanto en los hijos como en los padres. Así es que es más conveniente repensar bien el matrimonio, y por ende las posibilidades de un divorcio o separación.


  • Entre 5 y 8 años

Como comenta Elissa Benedek, en esta edad, los niños empiezan a sentar las bases de su personalidad, y con ello a establecer amigos en su formación preescolar y primaria. Estos niños, haciendo uso del lenguaje, son capaces de crear mundos imaginarios a través del juego, como en el juego de los súper héroes; su fantasía es una manera de escapar y a la vez encauzar sus sentimientos sin hacerse daño. Con respecto al divorcio, en esta edad, los niños, pasan por el duelo de la ausencia del padre que ha tenido que dejar la casa, desean una posible reconciliación y muestran lealtad a ambos padres.


Algunas consecuencias del divorcio reflejadas en sus actitudes son: bajo desempeño escolar, problemas para relacionarse con nuevos amigos, mal humor, aislamiento y soledad. También manifiestan que extrañan al padre que se ha ido he e incluso llegan a idealizarlo tanto, que termina por rechazar al padre con quien viven; se sienten defraudados por sus padres, muestran preocupación por el padre ausente, sienten falta de aprecio, se distraen con facilidad y tiene falta de concentración en la escuela, llanto difícil, niegan su tristeza y pueden llegar a ser agresivos.


Los padres deben explicar más detalladamente a sus hijos sobre el proceso del divorcio y las ventajas que van a obtener de la separación, utilizando un lenguaje que ellos entiendan de forma sencilla. También es importante que los padres acepten su manera de comportarse como algo natural tras el divorcio, debe mantener un diálogo constante para encausar esas actitudes por el camino correcto.

El divorcio en las diferentes etapas de la niñez


  • MENOS DE 5 AÑOS

En esta etapa, los “pequeños que viven la separación y el divorcio de sus padres…es más fácil que hagan una regresión o que tengan más problemas de sueño que los mayores” (Benedek,1999:90). Los niños menores de cinco años, manifiestan una preocupación más relacionada con el dominio del lenguaje y la motricidad, por lo que sin un afán de menospreciar su capacidad intelectual, ellos no necesitan explicaciones muy técnicas de lo que va a suceder con sus padres. En todo caso, requieren de una gran atención por parte de sus padres, los niños manifestarán sus preocupaciones en las fantasías que crean por medio del juego simbólico. Se han dado casos de niños que incluso llegan a tener amigos imaginarios, lo cual no es normal y no es una condición única de niños que atraviesen el divorcio de sus padres.

Es probable que el niño no entienda el divorcio, del todo en un principio, pero con el paso del tiempo lo comprenderá, “los pequeños de esta edad suelen pensar en sus padres como una unidad indisoluble” (Gardner, 1995:29), no los reconocen como dos personas con una vida diferente, por lo que es recomendable que se explique a los niños que nada malo va a pasar al padre que dej el hogar, puesto que se encuentra en una etapa en la que busca protección. Los padres podrían manifestar su apoyo a los hijos de estas edades, con cariños, abrazos, jugando, para que le asegure su protección.

Entre la emociones y actitudes que quedan de manifiesto en los niños de dos años están: “irritabilidad, hiperactividad, duermen con dificultad, son atentos, llantos, pesadillas y rechazo a la comida” (Davison, 2006: 109). Como podemos observar sus reacciones son más simbólicas puesto que no las pueden manifestar por medio del lenguaje. Por el contrario en niños de tres a cinco años, sus actitudes ante el divorcio pueden ser miedo ante el derrumbe familiar, miedo a no volver al padre que deja la casa, miedo al rechazo, preocupación, ilusión ante una reconciliación, y desobediencia. El papel que juegan los padres en esta etapa, es el de ser sumamente cariñosos, estar abiertos al diálogo y asegurarles protección, así como evitar sentimientos de culpabilidad.

POSIBLES REACCIONES DE LOS HIJOS


Uno de los sentimientos más comunes de los niños ante la situación del divorcio de sus padres, es creer que es culpa suya, aunque parezca ilógico. “Los pequeños tienen la sensación de haber originado de algún modo aquella situación” (Beyer, Winchester, 2003: 30). Los padres no deben esperar a que los niños lo mencionen abiertamente, ya que en la mayoría de los casos es un pensamiento que los atormenta y no lo comentan explícitamente, por ello, es responsabilidad de los cónyuges dejar bien en claro que los pequeños no tienen culpa alguna por la decisión que han tomado y que es un asunto de falta de entendimiento entre dos personas adultas. Es de vital importancia que le quede claro al niño que así como él no es culpable, sus padres tampoco lo son. Fomentar la culpabilidad hacia uno de los padres, es un grave error que imposibilita que los cambios sean de fácil adaptación para los niños. Si acaso uno de los padres, debido a su comportamiento (relaciones extramaritales, machismo, alcoholismo) tiene cierta responsabilidad en la determinación del divorcio, será en años posteriores cuando el niño se entere y ya tenga capacidad para analizar la situación y comportamiento de sus padres.

También se debe evitar que los niños estén presentes cuando los padres están discutiendo, porque pueden contribuir a que el niño de nueva cuenta sienta que él es el motivo de las discusiones de sus padres. “Deberá transcurrir mucho tiempo antes de que la mayoría de los niños tengan la madurez emocional necesaria para comprender las innumerables razones del divorcio de sus padres” (Beyer, Winchester, 2003:32). De ahí la relevancia de que los niños no carguen con culpabilidades que corresponden a los actos de sus padres.

jueves, 17 de enero de 2008

La custodia de los hijos


“En esencia, la custodia se otorga de acuerdo a lo que se cree que es más conveniente para el interés futuro del hijo” (Long, Forehand, 2002: 21). Si bien es cierto, que los términos legales con respecto a la custodia, son diversos dependiendo del país, en ocasiones los criterios que usan los jueces suelen ser vagos y generales, sin embargo, no es de nuestro interés referirnos en gran medida a los términos legales de la custodia en México.

Desafortunadamente, son las disputas por la custodia de los hijos las que terminan dañando más la relación entre los ex cónyuges, lo que se ve reflejado en los niños, pues hay padres que comenten el grave error de cuestionar a los niños ¿Con quién quieres vivir?; cuando ésta es una decisión que solo está en los padres y la cual deben tomar en los mejores acuerdo y pensando siempre en el bienestar de sus hijos. Si hay algo que afecte la estabilidad emocional de los hijos después del divorcio, es precisamente los problemas en cuanto a las custodias. (Long, Forehand, 2002:22).

Nicolas Long, menciona que una de las alternativas para evitar problemas por la custodia de los hijos es la “mediación del divorcio”, proceso en el que interviene abogados y psicólogos que brindan ayuda para “establecer sus diferencias y negociar concesiones”. El objetivo de las mediaciones es que se lleguen a acuerdos que sean aceptados por ambas partes sin llegar a una batalla de pruebas en los juzgados.


Existe una institución que se encarga de ver por los derechos de los niños en un divorcio, se trata de la Convención sobre los Derechos del niño (CDN), la cual fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1989. En la cual se busca salvaguardar los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de las personas menores de 18 años de edad.

Comunicar la noctia a los hijos


Una de las tareas más complicadas cuando ya se ha tomado la determinación final del divorcio es comunicarles la decisión a los niños, de una manera sencilla y adecuada dependiendo de su edad, ya que los más pequeños seguramente no entenderán conceptos legales, es por ellos que se debe planificar bien el momento más pertinente para comunicar lo que finalmente repercutirá en un cambio en la vida social y emocional del niño.

“Todos los seres humanos necesitan tener un sentido de pertenencia, es decir, saber que existe un lugar para ellos en la tierra.” (Beyer, Winchester, 2003:18). Precisamente el lugar en el cual los niños encuentran ese sentido es en primera instancia en el hogar, al lado de sus padres. Los niños que están siendo parte de un divorcio manifiestan un temor por no saber que será de ellos, si acaso seguirán teniendo una familia, así como el afecto de sus padres.

Una de las primeras necesidades de los infantes es conocer desde un principio la decisión que acaban de tomar sus padres, ya que ellos necesitan saber que va a ocurrir con su futuro, cuál será su hogar y con quien de los cónyuges vivirán. Es importante reiterar a los hijos constantemente que aunque el amor entre los padres haya culminado, el amor hacia los hijos no cambia, y su bienestar es su principal preocupación, de esta manera los hijos obtendrán la estabilidad necesaria para hacer frente a los cambios que llegarán a sus vidas.

TIPOS DE RELACIONES POSTERIOR AL DIVORCIO


  • Compañeros perfectos : Siguen siendo amigos y comparten las decisiones sobre los hijos
  • Colegas cooperativos : No siguen siendo amigos pero cooperan por el bien de sus hijos
  • Socios furiosos : Han creado un muro de ira que afecta a la relación actual y disminuye la capacidad de colaboración.
  • Enemigos feroces : Están tan encolerizados que no se produce ninguna colaboración.
  • Dúos disueltos : Dejan de tener contacto tras el divorcio.

FALSOS ARGUMENTOS SOBRE EL DIVORCIO


El divorcio ha sido motivo de intensos debates sobre su viabilidad y por ende se han creado diversos argumentos que de hecho ya son mitos sobre el divorcio, entre los cuales destacan:

“Los padres siempre deben permanecer juntos por el bienestar de sus hijos. El divorcio de

sus padres siempre tiene efectos negativos e irreversibles sobre los hijos. Los hijos se

adaptan mejor al divorcio en determinadas edades. Mi divorcio puede ser sencillo. No hay

nada que los padres puedan hacer para mejorar el proceso de adaptación de sus hijos

durante y después del divorcio.” (Long, Forehand, 2002, xix).



ETAPAS EMOCIONALES DEL DIVORCIO

El divorcio es la separación matrimonial regulada como la institución que disuelve el matrimonio de dos personas que han estado casadas, en términos legales. En México podemos distinguir entre divorcio voluntario y divorcio necesario. El primero hace referencia a aquél en el que ambos cónyuges están de acuerdo con la disolución, mientras que por el contrario, el segundo es necesario como consecuencia de diversos factores que imposibilitaron la convivencia armónica en el entorno familiar.

La etapa del predivorcio es el “periodo caracterizado por desorganización y caos familiar, sobrecargado de sentimientos negativos respecto a la relación y al cónyuge” (Davison, 2006:95). Entre la pareja marital comienzan a presentarse actitudes tales como provocaciones mutuas, faltas de respeto, gritos, discusiones en donde sobresalen la intolerancia que ya existe hacia el otro. Es una etapa crucial, donde es evidente que ya no hay sentimientos como el amor que puedan rescatar el matrimonio e incluso se olvidan los momentos buenos que en un principio los unieron y los hicieron sentirse felices por un determinado tiempo; es entonces cuando únicamente se reconocen los defectos de la otra persona y no sus virtudes.

En términos emocionales podemos distinguir entre dos tipos de divorcios: el divorcio viable y el divorcio destructivo, (Davison, 2006: 96). En el divorcio viable, los padres habiendo hijos de por medio, velan por el bienestar de los niños; buscan los medios para que los efectos en sus hijos sean los menos dañinos y los acuerdos a los que se lleguen con respecto a la custodia, pensión alimenticia y días de visitas satisfagan tanto a padres como a hijos, sin tener mayores problemas que no se puedan resolver mediante la comunicación.

Por otro lado, en el divorcio destructivo, debido a los crecientes problemas y falta de diálogo, se llega al punto de involucrar a los hijos en las decisiones que sólo deberían competir a los padres, cómo la custodia de los niños, lo cual afecta la armonía ya que se usa a los hijos como aliados contra uno de los padres en beneficio del otro. En este tipo de divorcio, los padres están más enfocados en los problemas maritales que no tuvieron solución, que en el bienestar de los niños y las futuras repercusiones en los mismos.


En la etapa del posdivorcio, “una vez completado el duelo por las pérdidas sufridas la familia alcanza nuevamente la estabilidad perdida” (Davison, 2006:99). Sin embargo, no se puede dejar de mencionar que existen excepciones en las que por el contrario se sigue viviendo en una situación tormentosa emocionalmente y económicamente. Es por ello, que se debe ver al divorcio como una oportunidad de redefinirse y de encontrar nuevas brechas en el camino para ambos.

Se dice que frecuentemente son las madres las que afrontan la responsabilidad de quedarse al cuidado y manutención de los hijos. Es un gran reto para las madres solas encargarse no sólo de la crianza de los niños, sino también ser el sostén económico; al verse sumergidas en una profunda soledad, visualizan a sus retoños como sus confidentes, tomando éstos el papel de protectores de su madre. Cuando la economía es tan insuficiente se corre el peligro de que incluso los hijos tengan que abandonar los estudios para cooperar con los gastos de hogar.

BREVE INTRODUCCIÒN


El matrimonio, es una de las instituciones que más cambios ha manifestado en la evolución del hombre. En la actualidad, el matrimonio se encuentra en una creciente decadencia, debido a que el número de divorcios, desde que fue aprobado en la mayoría de las culturas del mundo, ha aumentado considerablemente; lo cual implica poner en tela de juicio los argumentos que plantea la unión matrimonial sobre la eternidad del amor y la unión de las parejas.

El divorcio, se ha convertido con el paso de los años en una opción viable para quienes deciden que el matrimonio ya no es la forma de vida más apta para la estabilidad emocional de los integrantes de sus familias. Si bien, el divorcio ha sido bien aceptado en gran parte del mundo, no podemos dejar de mencionar que en países como el nuestro, la religión católica aún tiene gran incidencia entre los integrantes de la sociedad, quienes a pesar de las estadísticas con respecto al divorcio, siguen contrayendo nupcias, con la firme convicción de que el matrimonio es para toda la vida y el amor eterno.

La separación de los cónyuges y un posterior divorcio, se vuelven más complicados aun si hay hijos de por medio, ya que no sólo se pueden detener a pensar en los intereses personales que los llevaron a tomar dicha decisión, sino que deben considerar también el bienestar emocional y social de los hijos que procrearon durante el tiempo que duró la unión como familia nuclear. Sin duda alguna, no resulta una tarea sencilla asimilar un divorcio, pues toda separación de un núcleo en el cual se involucran sentimientos es dolorosa. Es por eso que debemos considera cuál es la mejor manera para comunicar a los hijos sobre la decisión del divorcio.

Nicolas Long, comenta acertadamente que un divorcio lastima en menor medida los hijos dependiendo de la forma en cómo se explique a los hijos la situación y de los términos en los que quede la posterior relación de los ex cónyuges. Pues debemos aclarar, que habiendo hijos de por medio, en todo momento deberá de existir comunicación entre ambos padres, la cual es imprescindible para una mejor adaptación y superación del difícil proceso del divorcio. Es por ello que se considera de vital importancia hacer explícitas las maneras más convenientes en cómo se debe explicar a los hijos una situación de divorcio para contrarrestar los efectos negativos y lograr que lleve una vida sana en el marco de lo normal, de acuerdo al contexto en el que se desarrolla.